Índice de contenidos
Introducción
Un aspecto esencial, pero que a menudo olvidamos cuando emprendemos o queremos crecer con nuestra profesión, es apoyarnos en una comunidad emprendedora de colegas lingüistas.
Ya lo decía Aristóteles: «el hombre es un zoon politikón» o, lo que es lo mismo, somos seres sociales.
Por definición, las personas necesitamos relacionarnos unas con otras para progresar, para avanzar, para impulsarnos.
Parece evidente, pero lo pasamos por alto.
Por eso, en este artículo quiero mostrarte algunas de las razones por las que es mejor transitar el camino en compañía.
¿Para qué formar parte de una comunidad emprendedora?
Seré honesto:
Emprender es como la vida misma; no es un camino de rosas.
Supone un vaivén de altibajos emocionales en el que aparecen nuestras inseguridades, miedos, el síndrome del impostor (del que ya te hablé en este artículo), etc.
Surgen momentos complicados, en los que podemos llegar a desmotivarnos, pensar que no somos la persona indicada para ese trabajo, que no merece la pena seguir.
Tendemos a centrarnos en los aspectos técnicos de nuestro negocio y dejamos de lado nuestra parte emocional, lo que provoca que nos encerremos e incluso aislemos.
En esos momentos es esencial que te apoyes en personas que han pasado o están pasando por esos mismos temores e inseguridades, abrirte y compartir lo que te sucede.
Expresarlo es el primer paso para superarlo.
Que sí, que no pongo en duda tus capacidades y competencias como profesional pero antes que profesionales de la lengua, somos personas con emociones.
Créeme, tus emociones juegan un papel fundamental en la toma de decisiones y, por ende, en la marcha de tu negocio.
El equilibrio entre tus emociones y tus capacidades profesionales resulta crucial para mantenerte en el camino del emprendimiento y “no morir en el intento”.
Y formar parte de una comunidad te ayudará a mantener ese equilibrio.
¿Qué beneficios aporta una comunidad a tu vida emprendedora?
Realmente, lo más acertado sería preguntar por los beneficios que la comunidad aporta a tu vida, pues estos trascienden la parte profesional.
¿En serio, Mati?
En serio.
Cuando decides compartir tu camino con otras personas, te abres a un universo de posibilidades, sensaciones, oportunidades, experiencias y situaciones que superan los límites de tu imaginación.
Veamos algunas de ellas.
1. Aprendes mucho ayudando a otras personas y de otras personas
No importa el tramo del camino en el que estés; siempre habrá alguien dispuesto a ayudarte y a quien tú también podrás ayudar.
Todas las personas aportamos algo desde nuestra experiencia y lugar, ya seas mentor/a, alumna o cualquier otra figura dentro de esa comunidad.
El aprendizaje, enriquecimiento y crecimiento son mutuos tanto para quien presta la ayuda como para quien la recibe.
2. Experimentas un sentimiento de pertenencia
Sientes que te comprenden y que trabajas por algo mucho mayor que tú.
3. No vas por tu cuenta
Tendrás siempre una mano tendida para animarte, aconsejarte, ayudarte con algún aspecto de tu negocio y también para celebrar tus logros, por pequeños que te parezcan.
4. Tu motivación crece
Recibes inspiración de otras personas, lo cual te anima a salir de tu zona de confort y a seguir adelante en los momentos de desánimo.
5. Te enriqueces de opiniones y experiencias diferentes
Que te hacen crecer.
6. Descubres nuevas facetas de tu profesión
Y encuentras nuevos intereses.
7. Haces amistades
Más allá de lo profesional.
8. Liberas oxitocina y, por tanto, aumenta tu bienestar emocional.
Al liberarse, esta hormona produce la sensación de seguridad en los vínculos emocionales. Estimula sensaciones como la empatía, la sociabilidad y la pertenencia hacia un grupo. Además, se asocia con el aumento de confianza y la pérdida del miedo al fracaso.
Wow, Mati, ¿todo eso?
Sí, todo eso y mucho más es lo que experimentamos, por ejemplo, quienes formamos parte de la comunidad de Letras Nómadas.
Yo también quiero experimentarlo… ¿Qué puedo hacer?
Lo primero, tener en claro cuáles son tus valores, tu visión del mundo y tu propósito profesional.
Lo segundo, relacionarte con personas afines (que compartan tus valores y tengan la misma visión de la vida que tú).
Lo tercero, crear tu propia comunidad con esas personas o unirte a una ya existente, como la comunidad de Letras Nómadas.
En conclusión
Tener un grupo con el que compartir alegrías, temores o dudas aporta múltiples beneficios a nuestro estado emocional, gran responsable de nuestra marcha profesional.
Por ello, te invito a comprobar de primera mano el poder transformador que tienen las comunidades emprendedoras y lo vitales que son para mantenernos en el camino, crecer y avanzar.
¿Ya eres parte de una comunidad? ¿Cuál es el principal beneficio para tu día a día?
Cuéntamelo en los comentarios.
Sobre el autor de esta publicación
Hola, soy Mati Ortiz. Mi propósito es ayudar a profesionales de la lengua a mejorar su calidad laboral. ¿Por qué? Porque sé que nos merecemos trabajar con más tranquilidad, con clientes que nos valoren, mucho mejor pagos y con más tiempo libre de calidad.
Si querés saber cómo lograrlo, te invito a descargar la guía gratuita “7 pasos para descubrir una especialización que te guste (y que atraiga clientes)”.
O podés pasar directo a la acción con mi servicio de mentoría 1 a 1 en donde pondremos todos estos conceptos en práctica.
Yo también estaba cansado y puse mi vida y mi profesión en acción. Aquí puedes saber cómo lo hice.