Durante el 2019 hablé y me escribí con muchísimos traductores que me contaron cuáles son sus mayores inquietudes y problemas.
Aprendí mucho de cada uno de ellos y pude identificar tres grandes enemigos que mantienen al traductor en su zona de confort.
En este video te cuento cuáles son y cuál es la mejor manera de combatirlos.
La cabeza de un traductor, como la de cualquier otra persona, está llena de enemigos internos que lo desalientan al cambio y que apenas surge una idea, sutilmente le dicen que no es buena.
A lo largo de este año recibí muchos mensajes de traductores que tenían un montón de ideas, proyectos y especializaciones fascinantes.
Cada uno de ellos tiene, incluso hoy, un tesoro en sus manos… pero… pero…
Y sí, es con un “pero” que nuestros enemigos empiezan a hablar.
La culpa no es del traductor, es de su cerebro
Tu cerebro está programado para aprender de tus decisiones y automatizarlas.
Lo que hiciste una, dos o tres veces, tu cerebro lo automatizará como el curso de acción correcto y normal para reaccionar ante un tipo determinado de situación.
Y lo que pudo ser una acción particular para una situación particular, hoy es la forma en la que actúas rutinariamente.
La forma de pensar de un traductor
Como traductor, tu cerebro ya quedó programado para pensar que es normal que:
- te paguen tarifas bajísimas,
- aceptes urgencias porque tienes que pagar las cuentas,
- un PM te juzgue como profesional por un punto o coma mal puestos,
- vivas de estrés en estrés (o porque tienes mucho trabajo o porque no te llega ni un solo proyecto).
Recuerda lo que dice Jorge Patrono en la Charla de Traducción #3: el estrés es la causa de todo.
Hay muchas cosas que puedes hacer para salir de esa situación, pero antes tienes que vencer a tus propios enemigos que son los que intentarán boicotearte a cada paso.
Sobre el autor de esta publicación
Hola, soy Mati Ortiz. Mi propósito es ayudar a traductores a mejorar su calidad laboral. ¿Por qué? Porque sé que los traductores nos merecemos trabajar más tranquilos, con clientes que nos valoren, mucho mejor pagos y con más tiempo libre de calidad.
Si quieres saber cómo puedes lograrlo, descarga la guía gratuita con los “7 consejos + 1 para solucionar los problemas de lo traductores freelance”.
También puedes pasar directo a la acción con mi método MEN-T con el cual pondremos todos estos conceptos en práctica.
Yo también estaba cansado y puse mi vida y mi profesión en acción. Aquí puedes saber cómo lo hice.
Hola Matías,
Te sigo con entusiasmo y coincido en que nuestro mayor enemigo es nuestro cerebro (o como yo lo nombro: nuestra predisposición a creer que «así» son las cosas).
El camino que recorrí no es por suerte, o situaciones fortuitas, sino por tenacidad y convicción de que se puede. Y si alguien yo pude, vos también.
Invito a los colegas a que se repitan hasta el cansancio «de esta profesión se puede vivir bien (y muy bien)».
Un saludo muy cordial,
Nora
¡Muchas gracias por tu aporte, Nora! Me encantó el mantra para traductores. ¡A ponerlo en práctica porque es así! 😉
¡Me encantó! Fuiste cambiando de un tono serio y sin sonrisa a un vlogger descontracturado y relajado. ¡Te felicito por animarte, Mati!
¡Gracias, Ari! ¡Me hiciste reír! Me alegra mucho saber que te gustó 🙂
¡Me encantó el video, Mati! Creo que das en la tecla con los tres miedos que todos los traductores tenemos.
Y, como bien decís, la clave para superarnos y convencernos de que sí se puede vivir de la traducción es apagar las voces de la cabeza que nos quieren hacer creer lo contrario y nos atan a la zona de confort.
¡Ya espero el próximo video!
¡Hola, Sole! ¡Gracias por pasar a comentar! Me gustó la idea de «apagar las voces de la cabeza», es fundamental. 🙂
Los miedos que siempre tenemos, y es una pena que no estemos siempre dispuestos a enfrentarlos. ¡Hoy puedo decir que recorro el camino con más entereza que nunca! Y eso se lo debo al botón de off que encontré (o creé) para la maldita impostora que vive en mi.
GRACIAS.