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Hoy parece increíble que mi primer viaje como traductor emprendedor y nómada digital se haya terminado.

Volver a Argentina, entre la alegría del reencuentro y la nostalgia de tantas despedidas, me obliga a mirar hacia atrás. Y cuando lo hago, solo puedo ver objetivos cumplidos y superados.

Después de todas las preocupaciones que sentía al principio, las dudas se fueron disipando y solo me quedan experiencias entrañables con amigos y lugares impensados.

Los traductores y la sensación de control

Lo primero que aprendí es que la clave de todo no está en pensar ni en preocuparse, está en dar ese primer paso y dejar que los pies se muevan solos.

Hoy yo mismo confirmo esa frase que escuché tantas veces en El Señor de los Anillos cuando Gandalf le dice a Frodo:

“It’s a dangerous business, Frodo, going out your door. You step onto the road, and if you don’t keep your feet, there’s no knowing where you might be swept off to”.  J.R.R. Tolkien

Es así. 

Nosotros, los traductores, hemos sido “criados” perfeccionistas, en control de cada una de las palabras que usamos y a veces, solo a veces, tenemos la buena o mala costumbre de llevar ese mismo control a nuestra vida personal.

Pero si hay algo que aprendí es que cuando renunciamos, al menos por un ratito, a esa ilusión del control, el universo toma el mando y trae a nuestras vidas justo lo que necesitamos.

Y aquí la pregunta: ¿qué necesitaba Mati? 

1- Una herramienta impensada

¿Quién hubiera dicho que un solo encuentro, y uno de los primeros, cambiaría la perspectiva total de mi viaje?

Era el segundo domingo en Ajijic, salíamos del supermercado y ante la duda de donde tomar el colectivo vimos a una pareja de viejitos sentados a la sombra. Confirmé con ellos que efectivamente esperaban el bus y ahí comenzó nuestra charla.

Antes de despedirse nos dieron su mail pero por una cosa u otra, nunca les escribimos. Unos días después, los volvimos a cruzar cuando íbamos al mercado. 

Esta vez fueron ellos quienes nos pidieron nuestro mail. Y para el momento en que volvimos a casa, ya teníamos un contacto de Jackie invitándonos a almorzar ese mismo domingo.

Nos preguntaron todo sobre nuestras vidas. Luego David nos contó que había sido profesor de meditación trascendental durante 40 años y nos ofreció, amablemente, tomar el curso de meditación con él porque veía en nosotros “algo más”. Nunca quisimos preguntar qué fue lo que vio.

¿El pago? A voluntad.

¿El resultado? David nos dijo que nuestra percepción de todo y todos iba a cambiar. Que el tiempo y la constancia en la meditación darían sus frutos. Nos recomendó estar atentos y observar, no solo con la vista. 

Y así sucedió. 

Los traductores con frecuencia atribuimos nuestros problemas y situaciones externas a la falta de clientes, a las urgencias, a las demoras en el pago, al gobierno o como decíamos antes en chiste, a la humedad. 

A veces buscamos las consecuencias sin reparar en las causas. 

Aprendí que la solución suele estar más cerca de lo que pensamos, dentro nuestro. Solo tenemos que aprender a ver con otros ojos.

2- Recuperar la confianza

Esa tarde de calor en La Paz, Baja California Sur, Miriam y Robin se bajaron de su SUV,  nos entregaron la llave y caminaron con sus maletas hacia el aeropuerto. Miriam, afectuosa, se despidió de nosotros con un abrazo. Robin, en cambio, apenas nos dijo “bye”. 

Habíamos compartido con ellos solo 48 horas y en todo momento notamos que Robin estaba alerta y desconfiado. Y tenía toda la razón para estarlo.

Dejaba en manos de dos “extraños” su casa, dos SUVs, un lote con dos cuatriciclos y un bote, la casa de alquiler y sus tres mascotas: Dulce, Cisco y Pugli. Todo en época de huracanes.

Durante la siguiente semana no dejamos de comunicarnos ni un solo día con ellos para dejarlos tranquilos de que todo estaba bien y para que pudieran disfrutar de sus vacaciones sin preocupaciones.

A la semana, ellos mismos se relajaron y nos mensajeaban solo cuando había amenazas de lluvias en Baja California Sur.  

No puedo explicar el alivio que sentí cuando los fuimos a buscar al aeropuerto y les entregué la llave de la camioneta. Robin sintió lo mismo. 

Era otra persona, estaba relajado, charlaba y nos contaba todo sobre España. Entendimos que su cambio fue porque todo lo que nos había confiado por un mes lo cuidamos con mucho respeto y responsabilidad.

En los días que siguieron él nos llevó al mercado e incluso una noche nos esperó con un rico asado.

Por increíble que parezca, ser un house sitter profesional es profesar la confianza.

Y así sucede con cualquier cosa a la que nos dediquemos. 

No podemos pretender que la gente confíe en nosotros de buenas a primeras. La confianza se trabaja día a día con responsabilidad, seriedad y trabajo. 

Pero yo también desconfiaba. En el 2018 había perdido mi capacidad para confiar y este viaje me demostró que la confianza primero es una causa y luego, una consecuencia.

3- Experiencias

Por primera vez en mi vida no planifiqué un viaje. Como te dije más arriba, el destino se encargó de sorprenderme. Y sí que lo hizo.

Cuando llegué a México ni sabía que existía una ciudad llamada La Paz, en Baja California Sur. En CDMX nos hablaron de ella y cuando salió un house sit allí, fuimos sin pensarlo mucho.

La Paz es escenario de atardeceres hermosos, de las mejores playas de México y definitivamente, lo más lindo que tiene está bajo el agua.

La Paz nos trató bien, no nos regaló ni un huracán. Recién llegó uno, categoría 3, a los cuatro días de habernos ido al siguiente destino.

A San Miguel de Allende sí lo conocía. Cuando en la plataforma para house sitters vimos que David necesitaba que le cuidaran a sus dos gatitos, no lo dudamos ni un segundo.

Lo que nunca imaginamos es que íbamos a llegar justo en la época de la alborada, la fiesta de San Miguel Arcángel, y que la ciudad se iba a convertir en escenario de desfiles, bandas y fuegos artificiales a toda hora por dos semanas.

La frutilla del postre fue cuando volvimos a Ajijic y Carlos, nuestro amigo de Argentina, nos invitó a celebrar el Día de Muertos en la tumba de sus padres, también argentinos.

Después de seis meses lejos de nuestro país, volvimos a sentir el calor de un buen vino con empanadas y tango sonando de fondo. Cada 2 de noviembre esa tumba se convierte en una pequeña embajada argentina.

Pero… ¿fue solo eso lo que nos hizo sentir tan cómodos? Quizá fue la buena onda de Carlos y su hermana por recibirnos como parte de su familia. Pero a mí me gusta pensar que fue porque nuestros muertos también estaban ahí compartiendo con nosotros.

No se necesitan grandes planes para grandes cosas. Se trata de dar el puntapié inicial a algo distinto y que después las cosas se vayan dando solas.

Hoy soy un convencido de que lo mejor sucede sin planearlo.

4- Amistades

¿Y qué decir de los amigos del camino?

A Istar y a Jefree los conocimos en CDMX apenas llegamos. Nos encontramos en el Zócalo una noche de lluvia y fuimos a cenar algo juntos. Nunca nos imaginamos que en tres meses nuestros caminos volverían a coincidir en La Paz, México, y en seis, en Lima, Perú. La próxima cita es en Argentina en enero de 2020.

El gran aprendizaje como traductor nómada digital - Lima

Con Istar y Jefree en Lima.

Luego de un mes en Ajijic, una tarde sentimos que sonaba la campanita que colgaba de la reja. Era nuestro vecino Pete que nos venía a invitar, con su español casi nulo, a cenar. Su única preocupación era que ellos no podían mantener una conversación fluida con nosotros en nuestro idioma. “Don’t worry Pete,” le dije, “we speak English”. Y ese gesto de preocupación en su cara se relajó.

La noche siguiente fue la primera de incontables cenas que siguieron con Pete y su esposa Rhonda. Charlamos, nos contamos todo sobre nuestras vidas, les cocinamos empanadas y seguimos conversando, siempre con un vino de por medio.

Nos ofrecieron ir a buscarnos a San Miguel de Allende cuando terminara nuestro siguiente house sit y volver a Ajijic para cuidar de su excasa. Y no solo lo ofrecieron, lo hicieron.

El gran aprendizaje de 2019 como traductor nómada digital - San Miguel de Allende

Con David, Pete y Rhonda en San Miguel de Allende.

Hoy estamos pensando juntos dónde será el nuevo encuentro. Nosotros queremos que vengan a Argentina, ellos quieren que volvamos a México. Tal vez encontremos un punto intermedio. ¿Colombia?

Era un viernes cualquiera en San Miguel de Allende y ese día las cosas no habían salido bien. Tanto Lu como yo estábamos de mal humor. Decidimos caminar hasta la plaza para distraernos. El centro estallaba de colores y gente por el ensayo de la alborada.

De la multitud, una pareja se nos acercó y se ofrecieron a sacarnos una foto. Bastó ponernos a hablar para saber que él trabajaba en la misma empresa en la que trabajaba yo antes pero en Monterrey. Incluso teníamos conocidos en común.

Esa noche terminamos los cuatro tomando unas “chelas” en uno de los bares de la plaza mientras los mariachis cantaban y la gente se divertía.

El azar volvió a jugarnos una buena pasada.

Dos días después nos fuimos juntos a conocer una ciudad cercana y como ellos son cantores, esa noche nos regalaron un concierto privado a capella.

El gran aprendizaje del 2019 como traductor nómada digital - Ale y Armando

Con Ale y Armando en Tequisquiapan.

Hacer amigos como nómada es muy diferente a hacerlos cuando estás fijo en un lugar. Cuando viajas así, es tanta la conexión que se crea con las personas que muchas veces se siente como si los conocieras de toda la vida.

Pero el tiempo que tienes para compartir es limitado.

Lo único que importa es valorar el momento presente y exprimir al máximo esa compañía.

Lo demás no tiene importancia.

5- Que Letras Nómadas creciera

Hasta que volví a Argentina no me di cuenta de todo lo que había pasado en mi negocio en esos seis meses

Pero comenzaré por el principio.

Cuando empecé el viaje tenía solo una clienta de mentoría. A la semana se agregó una más y así llegó otra y otra… Hoy ya no importa cuántas se sumaron.

Lo que sí importa es que en los últimos meses dediqué mucho tiempo a a guiarlas, a escucharlas, a aconsejarlas y motivarlas a la acción

En el grupo privado de WhatsApp nos contamos lo que nos pasa, nos damos ánimos y compartimos nuestros avances (y por qué no, también nuestros fracasos y creencias limitantes).  

Además tenemos una sesión grupal mensual en la que siempre tocamos un tema en particular que no se ve en las sesiones individuales, lo debatimos y también charlamos sobre nuestros objetivos.

Hace un par de domingos todas dejaron de lado sus planes para atender una masterclass sobre copywriting para sus páginas web

Fue entonces que dejé de mirar y comencé a observar. 

Recordé cómo era cada una de ellas cuando las conocí: estaban perdidas, sin un propósito y no sabían qué hacer para sentirse más realizadas como traductoras.

Al igual que yo cuando elegí a mi mentor, cada una había dado un gran paso al confiar en mí para tomar la mentoría de Letras Nómadas.

Noté cómo, en pocos meses, habían transformado la forma de verse a sí mismas y a su profesión. Las vi seguras, confiadas como traductoras y emprendiendo su negocio con un propósito real. 

Las vi concentradas, interesadas, riéndose de las mismas bromas, participando con preguntas y consultas. 

Entonces me acerque más y ya no vi clientas o traductoras. Vi una comunidad. Vi la comunidad de Letras Nómadas.  

Y cuando corté la sesión, cuando ya no me veían, se me escapó una lágrima. No de tristeza, más bien de emoción, al saber que este año cumplí un sueño más.

La mejor retribución no es el dinero

Los que me conocen saben que no soy de publicar los feedbacks de mis clientes. Me parece un show off innecesario. Un buen trabajo habla mejor que un buen comentario. 

A pesar de eso, hoy sí quiero contarte cómo me siento mejor retribuido

Entre mis propias alumnas y entre todos los alumnos que tengo en la Escuela Nómada Digital, cada día recibo algo que muy pocos tienen y que supera al dinero, al prestigio y a todas las recomendaciones y «me gusta” que puedan conseguirse en las redes sociales. 

Todos y cada uno de los días me llega un: “Gracias, Mati”. 

En un año recibiré 365 “gracias” y esto llena mi vida de satisfacción. 

Es la confirmación de que voy por buen camino para cumplir con mi propósito: ayudar a las personas a cambiar su vida a través del emprendimiento digital.

El primer diciembre como traductor emprendedor y nómada digital

Un año atrás estaba escribiendo las secciones de este sitio web lleno de dudas e incertidumbres. No sabía qué iba a pasar.

Hoy también ese es un objetivo cumplido: ya soy un traductor emprendedor y nómada digital. 

Y entre despedidas y fiestas, diciembre es un mes para detenerse, mirar hacia atrás, tomar nota de todo lo que pasó y también de lo que no pasó. 

Pero además es tiempo de mirar hacia adelante y pensar en lo que viene. 

No hace falta mucha astrología para saber que las redes sociales se van a llenar de gente que hablará de la importancia de definir los objetivos para el 2020 y de delinear las acciones a corto y mediano plazo para lograrlos.

Pero a veces uno está tan perdido que ni sabe para qué lado salir. Mientras ellos hablan de objetivos uno por dentro piensa: ni siquiera sé que voy a hacer mañana.

Si estás en esa situación, te doy un consejo de oro que nadie te va a dar y que fue mi gran aprendizaje del 2019:

Hay momentos en los que hay que dejar el control de lado y enfocarse en tomar, con convicción, una gran acción distinta a todas las que ya hemos tomado. Y después, esperar a que llegue lo que el destino tiene preparado para nosotros.

Formarme como emprendedor y lanzar Letras Nómadas fue hacer eso.

Salir a viajar por México sin ticket de vuelta fue hacer eso.

¿Quieres un gran cambio?

¿Quieres un año mejor?

¿Qué gran acción estás decidida a tomar hoy?


Sobre el autor de esta publicación

Foto de Mati Ortiz, de Letras Nómadas

Hola, soy Mati Ortiz. Mi propósito es ayudar a traductores a mejorar su calidad laboral. ¿Por qué? Porque sé que los traductores nos merecemos trabajar más tranquilos, con clientes que nos valoren, mucho mejor pagos y con más tiempo libre de calidad.

Si quieres saber cómo puedes lograrlo, descarga la guía gratuita con los “7 consejos + 1 para solucionar los problemas de lo traductores freelance”.

También puedes pasar directo a la acción con mi servicio de mentoría 1 a 1 en donde pondremos todos estos conceptos en práctica.

Yo también estaba cansado y puse mi vida y mi profesión en acción. Aquí puedes saber cómo lo hice.